E l acto de escribir es catártico y no es asunto exclusivo de los escritores. Escribir es en sí una forma de reflexión. Sirve para digerir ciertos hechos. Dialogar con nosotros y al mismo tiempo con el mundo. Ayuda a desenfocar la realidad y, de esta manera, encontrarle aquellos otros significados que solamente, en ocasiones, se guardan en el subconsciente. El proceso introspectivo que se realiza al escribir, se va desarrollando en cada una de las líneas que vamos dejando en el camino. Este camino que se ensancha a medida en que logramos descifrar el verdadero contenido de nuestras palabras, de lo que queremos decir. Para escribir no se necesita tener mucha imaginación o ser un sujeto creativo o haber estudiado letras, no, aquello es, acaso, para generar obras literarias, y ese no es el punto ahora. Hablamos de escribir como proceso para resolver preguntas interiores y para ello lo que necesitamos son manos, pluma y papel (o computadora o lo que sea que cada quien use). Porque escribir
"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.